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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de junio, 2014
La facturación del sector español del huevo cae un 35% en 2013
Estando a punto de cerrar el contenido de este número, nos llega la nota del 30 de mayo, de INPROVO –la Interprofesional del sector español del huevo-, que, por su relevancia, no hemos dudado en recoger de forma destacada para hacernos eco de la crisis por la que viene atravesando el mismo desde hace tiempo.
Con el título que se muestra en nuestro encabezamiento editorial y un subtítulo que dice textualmente que “el desequilibrio en la cadena comercial se refleja en los precios que percibe el productor español, un 28% inferiores a la media de la UE”, reproducimos sin más la citada nota:
“El sector español del huevo sufrió en 2013 uno de los peores años que se recuerdan. Los datos publicados por el MAGRAMA -Indicadores económicos del sector avícola de puesta en 2013- muestran un descenso de un 35% en la facturación y de un 36% en los precios del sector entre 2012 y 2013. La mala situación del mercado se ha mantenido en 2014 y los productores se ven atrapados entre los bajos precios y la dificultad para financiarse y devolver los créditos de las inversiones realizadas para cumplir la Directiva 1999/74.
“El precio del huevo cayó en toda la UE desde mediados de 2012. Pero el productor español se ve más afectado, ya que cobra precios muy por debajo de los comunitarios. Fueron un 23% menores en 2011, y un 28% en 2013 respecto al precio medio pagado a sus colegas de otros países.
“Los avicultores afirman que el problema en nuestro mercado no es tanto de oferta y demanda como de desequilibrio de la cadena comercial. “No hay excedente de huevos en España”, dice el presidente de INPROVO, Medín de Vega, “simplemente el mercado es ajeno a la situación de la oferta porque los precios los pone una de las partes, que evidentemente es más fuerte que la producción”.
“La distribución vende menos debido a la crisis y trata de compensarlo con unas políticas muy agresivas de precios en productos de primera necesidad, como el huevo. El Observatorio de precios de los alimentos del Ministerio de Agricultura muestra, con la excepción de principios de 2012, una brecha cada vez mayor entre los precios pagados al productor y los que paga el consumidor por el huevo. Es la evidencia de un desajuste en la cadena que pone en peligro el futuro de las granjas y no beneficia al consumidor.
“La consecuencia de esta prolongada situación es la descapitalización progresiva de las empresas productoras. Los avicultores lamentan el enorme coste que ha supuesto para el sector del huevo cumplir las normas comunitarias. Sobre todo por el volumen de las inversiones necesarias, pero además porque ha coincidido con la bajada del consumo y de los precios, con las restricciones y carestía de la financiación y con la escasez de ayudas.
“INPROVO y las organizaciones del sector debemos empezar a trabajar para que los objetivos de la nueva PAC se cumplan, porque no va a venir nadie a hacerlo por nosotros”, declara el presidente de INPROVO. “Hay que conseguir una remuneración justa para el productor de huevos, que evite la desaparición de nuestro tejido productivo”. “La obligatoriedad de hacer contratos de venta o la posibilidad de extender la norma para acciones de promoción del huevo son líneas que la nueva OCM deja abiertas y sobre las que trabajaremos de la mano del Ministerio de Agricultura. Esa es nuestra prioridad en este año” afirma Medín de Vega”.
Hasta aquí la citada nota, a cuyo contenido nos adherimos totalmente, como se puede deducir, por otra parte de una nueva sección sobre “marketing avícola” que, precisamente, inauguramos en este número. Porque si, tal como indica más arriba el presidente de INPROVO, “los precios los pone una de las partes, que es más fuerte que la producción”, aun no habiendo duda de que el productor español ha sabido adaptarse muy bien a lo que ha representado el cambio de jaulas –con la difícil financiación de la inversión-, no ha tenido éxito en su negociación con las grandes superficies que, cada vez más, tienen un papel decisorio en los precios.
De ahí la justificación de nuestra nueva sección de “marketing” o comercialización, con la que desearíamos poder influir para que todo productor pudiese colocar lo mejor posible sus huevos en el mercado.