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SUSCRIBIRSEEste artículo es parte de la edición de julio, 2012
Número 7. Julio 2012
Desmontando mitos:
la verdadera historia del Gallo Combatiente Español
Cuentan los libros que cuando Cristóbal Colón zarpó rumbo al Nuevo Continente, lo que llevaba a bordo para que la tripulación se distra- jese eran unos cuantos gallos de pelea. Quizás por eso hay tanta afición en el continente ame- ricano, destino final de prácticamente todos los animales que crían nuestros galleros con fines exportadores.
De aquella época a la actual han cambiado mucho las cosas. Ahora, por ejemplo, es impen- sable organizar una pelea de gallos si no es con el objetivo exclusivo de seleccionar genética- mente la raza. Y aún así, sólo las comunidades de Andalucía y Canarias tienen esta potestad.
Es por eso que en la comunidad andaluza tiene sentido una entidad como la Federación Andaluza de Defensores del Gallo Combatiente
Español, con sede en Sanlúcar de Barrameda
Carnet identificativo de los socios de la Federación.
la región, la mayoría de ellos en las provincias de Cádiz y Sevilla. La entidad, que existe desde los años 80, fomenta la relación entre los socios, organizando perió- dicamente exposiciones, cursos de sanidad e informan- do de las novedades técnicas. Presumen de mimar a sus animales y llevar a rajatabla un reglamento en pro del bienestar animal, que hace posible que cuenten con gallos de hasta 17 años de edad. “¿Qué criador de pollos puede decir eso?”, suelen preguntar para hacer reflexio- nar a sus detractores.
Un repaso a la historia
La cría del Combatiente Español siempre ha gozado de una gran tradición en España, y es una actividad que puede llegar a generar bastantes puestos de trabajo. En los años 70, por ejemplo, salían alrededor de 7.000 gallos del aeropuerto de Jerez rumbo a países sudame- ricanos. Actualmente sigue existiendo la exportación en
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Desmontando mitos: la verdadera historia del Gallo Combatiente Español
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| Los relatos y tradiciones cuentan |
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| que este “juego” arraigó desde en los |
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| reyes hasta en los campesinos más po- |
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| bres. Cruzando el Océano Atlántico, en |
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| la época del Descubrimiento, se fue |
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| extendiendo desde el Caribe hasta tie- |
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| rra firme y por todo América del Sur y |
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| prueba de ello es la exhaustiva docu- |
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| mentación que se guarda en el Archivo |
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| General de Indias de Sevilla y en el de |
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| México. Pero siempre se ha tratado de |
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| regular. En la época de la Ilustración, se |
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| construyeron palenques y coliseos con |
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| una serie de requisitos que pretendían |
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| ser acordes con la seguridad y la decen- |
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| cia. Con la llegada de la Independencia |
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| en el XIX, la mayoría de estos territorios |
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| con esta pasión, y poco a poco llegó al |
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| cine, la canción, la literatura y otras |
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| En este patio se crían hasta siete plumas diferentes del Combatiente Español. |
| manifestaciones artísticas. |
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| Hay autores que fijan el comienzo |
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| de esta práctica entre el 6.000 y el |
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| 1.500 a.C. Dicen que el gallo de comba- |
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| te surgió en un lugar conocido como |
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| Medina, un país frío y montañoso de |
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| Asia Menor, y también hay noticias de |
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| que en Borneo era un ave sagrada, de |
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| la que no podían comer su carne, y de |
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| que en la India también se le rendía |
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| culto. |
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| En Bali, Indonesia, las riñas siguen |
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| siendo el deporte más practicado, igual |
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| que está vigente en Filipinas |
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| donde algunos autores sitúan su paso a |
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| Fueron los fenicios los que difun- |
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| dieron esta actividad por el Mediterrá- |
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| neo, y se llegaron a acuñar monedas con |
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| efigies de gallos en Pérgamo, hacia el |
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| 580 a. C. Otros ejemplos de su impor- |
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| tancia en la Antigüedad son la afición de |
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| Detalle de los comederos y bebederos. |
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| Alejandro Magno, la veneración al gallo |
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| en el mundo griego, la introducción de |
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| menor medida, pero la Federación está negociando con |
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| las peleas en Roma por parte de Julio |
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| César y los mosaicos hallados en la ciudad de Pompeya. |
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| estos gobiernos para que faciliten los protocolos exigi- |
| En el mundo contemporáneo también hay datos |
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| dos y es probable que en breve vuelva a despegar. Las |
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| curiosos. En Inglaterra eran legales las peleas hasta |
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| cifras hablan por sí solas: para un criador que tenga unos |
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| mediados del siglo XIX. Sir Francis Drake, muy cono- |
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| 100 animales, la exportación le puede hacer ganar |
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| cido en la historia de la piratería, trajo un gallo de |
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| alrededor de 1.000 euros por gallo. |
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| pelea blanco de la China, con el cual se iniciaron varias |
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| Hay que remontarse prácticamente a los inicios de |
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| razas fuertes de los gallos ingleses. En Francia existen |
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| la humanidad para comprender el calado de la tradición | dos razas que han alcanzado fama en el mercado |
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| de criar estas aves. En el caso de las peleas de gallos | extranjero: el gran combatiente del norte |
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| americanas, aparecieron vinculadas a los naipes hasta el |
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| siglo XVIII, puesto que tanto una práctica como otra se | carne sabrosa, y el pequeño combatiente del norte. |
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| clasificaban como “juegos de suerte y azar”. En los | En la actualidad las peleas de gallos o combats de |
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| siglos anteriores también fueron practicadas en Asia, | coqs están autorizados en una serie de pueblos |
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| Europa y América. | determinados. |
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A los gallos se les suele suministrar trigo, maíz, pipas y otros cereales. Cuando están en la fase de pelea requieren comidas más elaboradas como fideos o espaguetis.
Morfología del gallo
El Combatiente Español es aprecia- do por su bravura, valentía y por su certeza, ya que tiene muy buena punte- ría con la espuela. Por eso dicen que no hay gallera en el mundo que se precie sin el Combatiente Español. En España, es común que los toreros, ganaderos de toro bravo o criadores de otros animales sean también aficionados al gallo de pe- lea. De hecho, hay muchas semejanzas entreelgalloyeltoro:ambosconstituyen una raza aparte y deben ser entrenados y cuidados desde el primer año de vida, además de ser sometidos a tientas.
De la raza española dicen que se caracteriza por su combatividad hasta la muerte. Sin embargo, este es otro de los tópicos que existen en torno a este animal, puesto que la pelea es rarísimas veces la causa de la muerte del animal.
Lo que está claro es que es un ave con una gran resistencia, ágil y que sabe esquivar bien. Los mejores ejemplares son los que pesan menos de cuatro libras(*), y tienen su punto bueno para la pelea entre los 12 y los 20 meses.
La valía del Combatiente es la que llevó a España a exportar a Sudamérica miles de animales, hasta tras el declive de Venezuela en los años 70
La crianza del gallo en Nueva Florida
El presidente de la Federación de Defensores del Combatiente Español, Basilio Angulo, es uno de los enamorados de estos animales. Los ve crecer junto a su familia en la acogedora Hacienda Nueva Florida, un inmueble del siglo XVII que está rodeado por almendros, donde los gallos comparten espacio con el resto de habitantes de la casa, que pertenece al término munici- pal de Dos Hermanas
(*) Los galleros siguen pesando en libras y onzas por herencia inglesa. Cuatro libras son 1.816 gramos.
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